01 julio 2017

Ella nunca más volvió a abrirle las piernas

Él escribía una novela sobre ella. Quería crearla y recrearla de nuevo. Él escribía sobre la mujer que amó, que amaba. Fue Pigmalión en un tiempo: la forjó a su imagen y semejanza, pero a diferencia de la mujer del mito ella no huyó por considerarlo feo. Desapareció simple y sencillamente porque quiso conocer el mundo.

Ahora él la inventa en esta novela. Crea y recrea amantes para ella. Quiere que sufra por lo menos en la ficción, que sienta el dolor del engaño. Que sea como el judío errante: de amante en amante sin encontrar eso que llaman amor. Que un día piense que la libertad no era necesaria, que se harte y asquee de libertad, la vomite y vuelva al hogar pidiendo perdón.

Él quiere eso y más. Pero en sus pesadillas ella es feliz con un hombre feo, lleno de barros en la cara, muy gordo e inerte.

He vuelto