05 julio 2012


PARA INTENTAR EL AMOR PASAJERO




PARA INTENTAR EL AMOR PASAJERO

es necesario borrar el pasado,

no decir nombres,

inventar lugares y personas:

“señora sin tiempo y sin espacio”,

“caballero del pene sin historia”,

“vagina estelar”, “culo del cielo”,

“señora de la luz adormecida”,

“príncipe de las penetraciones”,

“senos que todo lo dicen”,

“ojos que callan”,

“corazón que no siente”,

“pantera”, “gata”, “cerdo”,

“burro incansable”, “olor”,

“cisterna abierta”, “áureos cojones”,

“coño de las consolaciones”,

“soledad para la soledad”,

“felicidad sin nombre” ,
“compañerita de los recreos”,

“sombra mía”, “sombra tuya”,

“todo y nada...”,

y refugiarse en la casa del sexo,

llevando entre los dientes

un caudal de adjetivos delirantes.
Lo único que debe ser real

son los cuerpos libres

para el encuentro y el desencuentro,

el tibio escondrijo,

los lugares ocupados
por el olor carnal,

el lecho del tamaño del deseo

para intentar todas las caricias

y confundir las pieles

en el largo sudor

que resplandece
en la media luz

de las cortinas de la tarde.
Intentarlo, intentarlo,

aunque al final de todo

venga la muerte

a descascarar su risita irónica

y las calles se borren

y el cuarto de los secretos

flote vacío en la noche de la ciudad.

Nada pasó: los que se conocieron

eran desconocidos

y ese amor de instantes

fue un tango absurdo

en el salón tenebroso;

un bello salto en el vacío.


HUGO GUTIÉRREZ VEGA

TOMADO DE: http://www.fomentar.com/Jalisco/Antologia/1930-1939.php

He vuelto