Habrá que creer que la utopias no son tan lejanas, ni tan imposibles y pueden dejar de ser utopias.
Medir la felicidad de los gobernados no es tan descabellado como parece. Hoy en día se mide el bienestar social en bienes materiales, el que tiene más por lo tanto debe ser más feliz, pero tristemente no es así. Hay quienes viven presos en jaulas de oro.
Es por eso que quiero compartir esta nota, espero les guste
http://elpais.com/diario/2009/11/29/eps/1259479614_850215.html
Escribo por tensión, pulsión, por vocación. Escribo porque no sé hacer otra cosa. Me declaro culpable de toda culpa inconfesable. Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
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