Escribo por tensión, pulsión, por vocación.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Me declaro culpable de toda culpa inconfesable.
Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
15 junio 2014
¿Cuánto más se debe llorar para sanar?
En este ir y venir de días, de personas, de cosas.
De palabras no dichas, de palabras ahogadas, de palabras que duelen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario