Y es que siempre recuerdo las cosas simples, una sonrisa un gesto,
una palabra, un olor, un tacto.
Y a decir verdad no sé por qué me dueles.
"Que siga el corazón desengañado",
"Y volver a morir por las causas perdidas".
Escribo por tensión, pulsión, por vocación. Escribo porque no sé hacer otra cosa. Me declaro culpable de toda culpa inconfesable. Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
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