Escribo por tensión, pulsión, por vocación.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.
Me declaro culpable de toda culpa inconfesable.
Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
26 julio 2012
Ofrecer disculpas es bajar la cabeza, reconocer que no se está en lo cierto, es deshinchar el ego.
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