Hay días en que una amanece rara y se duerme rara. Con ganas de gritar, de recorrer lo jamás habitado, con recuerdos perdidos en espacios azules y rojos y marrones. Hay días raros como este, en que una amanece rara y se duerme rara.
Sigo bajo tu mismo cielo, del que definitivamente, aún, no puedo huir.
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