Recuerdo con atención las palabras de mi amigo Ricardo: "Por amigos no contactos".
En la vida, en nuestras vidas siempre hacemos una selección natural en nuestras amistades. Tenemos a los amigos de guerra; lo que siempre estarán ahí pese a lo que pese. A los amigos de fiesta; esos que nunca dejarán de invitarte a reuniones sociales pero de ahí no pasa. A los amigos especiales; con esos que puedes platicar de lo que sea y nunca te aburres. Y así se puede ir clasificando hasta llegar a conocidos y por ultimo amigos de facebook o redes sociales.
Amigos de facebook me suena a falso cognado. Esas palabras que por estar emparentadas morfológicamente se parecen tanto en nuestra lengua pero no significan lo msimo. En la virtualidad existen altos niveles de popularidad, entre más amigos tengas más popular eres. A mayor número de amigos, mayor popularidad, es una ley física. Mera estadísitica.
Pero es muy fácil perderse en la navegación. Es un juego que recubre.
Ahora la gente se toma fotos para subirlas a facebook, para que se comente el momento; y el muro viene a convertirse en la forma de guardar la información sobre nuestras vidas.
O se la pasan conectados desde su celular para no perder un sólo detalle de lo que ocurre en la virtualidad. A ello tengo únicamente estas palabras: Qué pena me dan.
Este nuevo modus vivendis me harta. Me sofoca hasta el grado de la incompresión. No quiero volverme un holograma. Quiero vivir en el mundo "real". El más real posible. En el face to face. En el tocar, sentir, palpar y abrazar al otro. A mi pareja, amigos y familia.
No puedo vivir en la virtualidad, en el proceso denigrante que significa ahogarme en la navegación por internet si sé nadar de lo mejor en aguas cristalinas.
El internet es el mejor medio para comunircarnos a través de enormes distancias, es el medio más barato y simple de comunicación, pero si no necesito hacer uso de ello, prefiero, abrazar a mi pareja, ver a mi amiga en un café y charlar por horas, cara a cara, con alguién que me proporcionará nuevos conocimientos.
Escribo por tensión, pulsión, por vocación. Escribo porque no sé hacer otra cosa. Me declaro culpable de toda culpa inconfesable. Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
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2 comentarios:
Es maravillosa tu reflexión y en muchos sentidos la comparto. Yo ahora estoy metido en estos asuntos de la virtualidad como una forma de expresión y comunicación accesible a mi bolsillo. Pero eso no quiere decir que me haya vuelto insensible a los efectos de la realidad. Aunque entiendo lo que mencionas arriba. Te dejo un abrazo aquí que habré de darte más al rato.
Rómulo
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