29 julio 2011

Hoy quiero escribir, pero no me sale. Oiré música.Pensaré. Sin tenerte. Di una palabra, una palabrita que me devuelva la vida. Acepto. Esta muerte segura. Contigo. Conmigo. Si mi cama no fue suficiente. Te invoco. ME RESIGNO. REGRESA A MÍ.


El poema que no fue

24 julio 2011

Debí...

Debí de haber llegado a casa, lavarme los dientes, cambiarme la ropa y haberme tirado a dormir.
Y por el contrario, otra vez vuelvo a este insomnio que me mata.

Tienes razón, David, debes buscar un psicólogo.
Aunque, sabes... es una enfermedad crónica. No hay nada que cure el alma enferma.
¡YO QUIERO SER EL CAMBIO!

18 julio 2011

Que quede claro. No siempre estoy triste. TAMBIÉN TENGO DÍAS FELICES. Pero de eso, normalmente, nunca escribo.

Prolegómenos a un intento de autobiografía virtual

En la virtualidad, todo se puede borrar seleccionando y dando suprmir. O en su defecto, eliminar comentario.



-Lo que no hace bien, estorba. Le dije, él lo entendió perfectamente.
-¿Quieres echarme de tu vida? preguntó.
Asenté con la cabeza. Eran ya tres veces que repetía el mismo diálogo con tres hombres diferentes esa misma semana. Y me dije a mí misma, otra vez, lo que no hace bien, estorba, y a la chingada.



Del libro: "Emergency door"

15 julio 2011

Me niego a ser un holograma!

Recuerdo con atención las palabras de mi amigo Ricardo: "Por amigos no contactos".

En la vida, en nuestras vidas siempre hacemos una selección natural en nuestras amistades. Tenemos a los amigos de guerra; lo que siempre estarán ahí pese a lo que pese. A los amigos de fiesta; esos que nunca dejarán de invitarte a reuniones sociales pero de ahí no pasa. A los amigos especiales; con esos que puedes platicar de lo que sea y nunca te aburres. Y así se puede ir clasificando hasta llegar a conocidos y por ultimo amigos de facebook o redes sociales.

Amigos de facebook me suena a falso cognado. Esas palabras que por estar emparentadas morfológicamente se parecen tanto en nuestra lengua pero no significan lo msimo. En la virtualidad existen altos niveles de popularidad, entre más amigos tengas más popular eres. A mayor número de amigos, mayor popularidad, es una ley física. Mera estadísitica.

Pero es muy fácil perderse en la navegación. Es un juego que recubre.
Ahora la gente se toma fotos para subirlas a facebook, para que se comente el momento; y el muro viene a convertirse en la forma de guardar la información sobre nuestras vidas.

O se la pasan conectados desde su celular para no perder un sólo detalle de lo que ocurre en la virtualidad. A ello tengo únicamente estas palabras: Qué pena me dan.

Este nuevo modus vivendis me harta. Me sofoca hasta el grado de la incompresión. No quiero volverme un holograma. Quiero vivir en el mundo "real". El  más real posible. En el face to face. En el tocar, sentir, palpar y abrazar al otro. A mi pareja,  amigos y familia.
No puedo vivir en la virtualidad, en el proceso denigrante que significa ahogarme en la navegación por internet si sé nadar de lo mejor en aguas cristalinas.

El internet es el mejor medio para comunircarnos a través de enormes distancias, es el medio más barato y simple de comunicación, pero si no necesito hacer uso de ello, prefiero, abrazar a mi pareja, ver a mi amiga en un café y charlar por horas, cara a cara, con alguién que me proporcionará nuevos conocimientos.




Hoy me siento inconmensurablemente triste; tanto como lo largo de la palabra.
He comido un pan con mermelada y agua; simplemente porque la gastristís dolerá más que este estado anímico en el que me encuentro.
Hoy me he parado tres veces de la cama, la televisión ha estado prendida todo el día y no me importó el desgaste inútil de energía que estoy produciendole al planeta. Hoy me negué totalmente a darme ánimos a mi misma.
Duele mucho la rutina, la soledad y la angustia. ¡Duele, duele, duele!

Hoy me permito decir estoy muriendo por dentro. Por negarlo por tanto tiempo sólo ha provocado que este dolor de mierda aumente y ha intensificado una muerte lenta.

Hoy evoco verbos transitivos: Hoy necesito que.., hoy pido que..., hoy quiero que...
Hoy sólo pude pararme a escribir estas líneas para "sacarme las alimañas  que dañan el ser".

04 julio 2011

Primero llegó el desencanto, luego la apatía...como algo normal.


Primero llegó el desencanto, luego la apatía… Como algo normal.



Vivo en Xalapa, la ciudad de las flores, en la cual el crimen y el terror se extienden como una metástasis. Hoy por la mañana me tocó ver un comando armado custodiado por un helicóptero ¿qué habrá pasado pensé? Y no hubo respuesta alguna. Todo el mundo mirando intrigado y atemorizado.
Llegué al trabajo y revisé los diarios La Jornada y El País. El primero tenía en primera plana "El triunfo del PRI en tres estados de la Republica Mexicana. Y en el País también se encontraba la misma nota. ¿Será que vuelva el PRI a tener el poder hegemónico en el país? Y mi respuesta interior fue atemorizante. Pero existe de entre los partidos políticos que luchan por la hegemonía, uno que pueda representar la salvación a mi país, el héroe sin espada que México espera con tantas ganas. La respuesta fue: ¡No! ¡No existe! Por desgracia hemos caído en el desencanto, somos la generación de la tecnología, de la violencia, de las redes sociales y de la apatía.

Dicen que la revolución en Egipto se dio gracias a las redes sociales, pero nuestra cultura es diferente, pasamos horas perdiendo el tiempo en twtter, facebook, msn u otras redes sociales y lo que ocurre en las calles no nos importa. Somos cuerpos muertos conectados a la virtualidad.
Mientras nos encontremos refugiados en casa no notamos que  la vida y transcurre como si nada pasara.

¿Dónde está tu trinchera?

Escribo notas, leo periódicos y nada de eso basta sirve. Nada es suficiente si no se hace en masa, en pueblo. Unidos, quizá no como hermanos, pero sí como algo mucho más duradero, como el proceso de la reproducción asexuada: dos células que al unirse mueren pero dan vida a un tercer ser, que no sea el primero ni el segundo, sino la unión-muerte de ambos.
Seamos pues, la unión-muerte-vida, un despertar, un cambio. Un grito que acalle, una razón que salve, una palabra que de conciencia, una esperanza.

Aquí no pasa nada decimos, mi casa está bien, mis hijos también. Pero, ¿qué fue de los desaparecidos? ¿Quién será el próximo?
A Roma pan y circo; el pueblo se encuentra idiotizado por programas mediocres que ofrece la televisión abierta. Nadie se entera de nada porque seguramente estaba viendo el reality show  del domingo, la telenovela o el futbol.
En México, mi México no se confía en la policía, en la justicia y a veces ni en el vecino. No quiero recurrir a esa idea de que lo pasado era mejor. No lo conocí, no lo recuerdo, no me interesa. Pero puedo afirmar con seguridad que quiero caminar en la calle sin temor, sonreír, pensar en que el lugar donde jugaran mis hijos será seguro.

Sonaré idealista pero quiero creer. Hoy nadie vota porque no se logra nada. La clase política alimenta sus bolsillos con dinero del pueblo. Se explota el recurso natural-petróleo a través de PEMEX y nadie dice nada porque nadie tiene acceso. Y las leyes jamás se cumplen.
Esta normalidad, este día a día es atrofiante, limitante y castrante. Es un foco de infección, una metástasis extendida sin freno. Que amputa partes del cuerpo-sociedad y la calla. Que desaparece personas día a día. Y tus hijos, tus hermanos, tus seres queridos ¿hasta cuándo?



Citlalli Hernández

03 julio 2011

Ataque compulsivo de posesión II

Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,
Mío,

Ataque compulsivo de posesión

Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos
Mi casa, mis libros, mis zapatos

Hendidura

HENDIDURA

Hablo a través de la hendidura que respira por mi carne.
Escribo:
Se me antoja
la noche serena, el viento frío y,
¡un café caliente por favor!

He tenido
noches largas y vacías.
He tenido
poemas ausentes, orgasmos sin amor.

Ya no confío en el amor
confío  en el sexo
y recurro al olvido,
arma en la cual me refugio.

Hablo a través de la hendidura que respira por mi carne.
Casa habitada por dos es mi cuerpo:
Otredad asediada.

Me despierta el sinfin de silencios que llevo dentro
que guardo, que acumulo, que explotan.

He vuelto