No es necesario decir adiós
Hubo un tiempo en que una "tal" amó a un "cual",
y en su cuerpo cabían todas la palabras.
El tiempo se acabó.
-¿No lo sientes?
El reloj de arena dio la vuelta y se agotaron;
Las buenas, las malas,
las tontas, las falsas,
Las estériles, las rabiosas,
las inoportunas, las blancas.
Las gozosas, las sucias,
las violentas, las catárticas.
Escribo por tensión, pulsión, por vocación. Escribo porque no sé hacer otra cosa. Me declaro culpable de toda culpa inconfesable. Insomne, apasionada y otras tantas neurótica pero nada en serio.
22 septiembre 2013
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